Vida y miserias de una empresa digital. Despedida de Ulugh

He empezado este post mentalmente decenas de veces en los últimos meses, se que es algo que tengo hacer pero no se cómo. Cómo te despides de algo que te ocupó años, en el que proyectaste todo tu talento -el que tenías-, que te quitó el sueño y te llenó de ilusiones. Cómo te despides de tu herramienta, la que tu hiciste, para cambiar un poco el mundo…

ulugh

«Ala! ya está xanxano soltando un discurso»… no hace falta que me lo digáis, ya me lo digo yo sola que os he oído los pensamientos.

Sí! qué le voy a hacer? mi naturaleza es ésa, pero no soy la única. En 2007, cuatro soñadores unimos nuestros destinos, porque crear una empresa con alguien es uno de esos compromisos que más unen destinos, sobretodo si en ella empeñas todo lo que tienes.

Marc, Eli, Rik y yo soñábamos con vivir creando, en este sistema económico competitivo e injusto, herramientas para que otros soñadores hicieran lo mismo; vivir de crear y compartir. Y digo esto de manera tan pomposa porque lo vivíamos así, imbuidos de cierta épica presente en cualquier aventura y que afloraba en todos nuestros planteamientos empresariales -digámoslo así-. Había en nosotros mucho romanticismo y muy poca lógica empresarial de la que persigue el máximo beneficio… los principios del «software libre” y de, lo que después se llamó, la «economía del bien común” animaban todas nuestras acciones. Creímos que había un espacio entre perseguir el beneficio siempre y no conseguirlo nunca y queríamos encontrar la fórmula maravillosa de participar de este sistema como un agente económico sin ser engullidos por él.

Con estos nobles propósitos y una buena dosis de audacia, o temeridad – ya lo decidís vosotros-, en 2008 presentamos “Ulugh”, una app que te posicionaba sobre una ruta, te avisaba de los puntos de interés y te mostraba contenido multimedia asociado a estos puntos… os suena verdad? conocéis muchas apps o funciones de apps parecidas, a que sí?… bueno, pues cuando nosotros empezamos a desarrollar, el iPhone no tenida GSP, Android aún no existía y que te aceptasen como desarrollador para BlackBerry costaba casi 3000€ al año… pero lo hicimos!, desarrollamos Ulugh para BlackBerry -pasando por caja, of course- y luego lo hicimos para Android, fuimos la primera empresa -sin subvenciones- de Catalunya en publicar una app comercial, para ganarse la vida…

Luego vino una etapa muy divertida en la que empezamos a dar a conocer nuestro producto a los gestores de recursos culturales, turísticos y de movilidad a los que se nos ocurrió pedir visita y nos la dieron. Solían ser gerentes, directores… gente importante, gente con BlackBerry que enviaba emails desde ella y a los que les contábamos que pronto todo el mundo tendría un “smartphone”, – un teléfono inteligente, como su BlackBerry, «pero aún con más opciones y bastante más barato»- teníamos que añadir-… la incredulidad de esta gente era bastante frustrante, pero no nos desanimamos y buscamos en el extranjero alianzas para hacer más interesante nuestra oferta y lo conseguimos; nos encontramos con RouteYou.com, una plataforma para compartir rutas con sede en Gante…

Así, nuestro pequeñín fue capaz de ofrecer ciento de miles de rutas. Las encontraba en segundos, las descargaba rapidísimo y las mostraba en cartografía online u offline de manera MUY eficiente, apenas consumía recursos…  y sin APIS de terceros que llevarse a la boca -para los que seáis desarrolladores- todo el código de Ulugh lo picó Marc, se puede decir que casi sin entornos de desarrollo -a penas los había-.

Llegaron las ventas y nuestro primer gran proyecto, “El Secret de les Vies Verdes”. Fue por un concurso público que ganamos. Eso nos obligó a adaptar el proyecto también a «Windows Mobile” por exigencias del guió. Ese proyecto me enseñó casi todo lo que sé sobre producir contenidos georreferenciados: tempos, pantallas, calidad de imagen, sonido, guión adaptado al medio, locuciones, traducciones, adaptaciones culturales, soportes para bicicletas, editores cartográficos, tipos de archivo… fue un proyecto muy ambicioso y exigente. Un reto que acabó en un Premio Europeo a la Excelencia que Vies Verdes de Girona ganó a cuenta de él, y es que como explica el Punt Avui en su nota, la producción y el desarrollo fue muy importante:

 “(…) las llamadas e-rutas cubren los itinerarios de Ripoll a Olot, de Olot a Bescanó y de Bescanó a Sant Feliu de Guíxols; pero, además, incorpora 22 rutas secundarias. En total, se cubren unos 285 kilómetros de rutas y la aplicación dispone de 124 vídeos explicativos del patrimonio cultural, paisajístico o de ocio, así como 88 puntos de interés a lo largo del recorrido. Además de la descarga a los móviles,  habrá la posibilidad de alquilar los dispositivos durante la ruta. (…)” 

…Insisto, esto fue en el 2010… aún se estaba definiendo incluso qué era la web 2.0.

Detrás de ese proyecto vinieron otros, a nivel local, nacional e internacional… pero sufriendo… sufriendo mucho. Cualquier pequeña empresa pasa por ahí aunque luego las crónicas de los jóvenes empresarios que «triunfan» en lo digital siempre son “empezaron en un garaje, tuvieron una idea genial, Google les compró la empresa por X millones de € y les contrató para que llevaran el proyecto”… Bueno… pues no… eso es una fábula y esto un aviso para navegantes… ese, casi arquetipo, de historia empresarial es algo que les pasa al 0’. La inmensa mayoría de programadores de apps ilusos del mundo alimentan las tiendas de Android y iPhone dando argumentos para que te compres un aparatejo, ¡no se gana la vida!… y permitidme que siga con el descargo y advertencia… es que necesito decirlo… También nos contaron mucho ese cuento de: -Pues en el «Parc Científic” (sustituir «Parc Científic” por el vivero de empresas pagado por la administración que tengáis más a mano) hay una empresa de apps que no deja de contratar ingenieros…- ¡Ja!… ingenieros!… ingenieros becarios… A pesar de esto, estaba yo un día quitándome el sombrero ante el CEO de una startup de éxito mundial reconocido a 50 km a la redonda, cuando el muchacho, remasterizado por una escuela de negocios muy cara, me dice: – bueno, lo más complicado fue hacer una presentación convincente para que nos dieran los 300.000€ de subvención…

…Lo más complicado?!!!…

 Aquella empresa del «Parc Científic» murió cuando se acabaron los 300.000€ para pagar el marketing de chichinavo que les daba renombre. Nunca vendieron nada, pero ese tipo de empresas que regalaban su producto porque estaban subvencionadas fueron las que más dificultades nos plantearon a nosotros. Esas empresas, la crisis y los gerentes y directores a los que dos años antes les explicábamos qué serían los smartphones y que para entonces ya se habían pasado de BlackBerry a iPhone y estaban alucinados con el nuevo juguete… Para más inri, los de las empresas subvencionadas también les visitaban y les contaban cosas que desarrollaban con la universidad, que si cohetes, que si la luna… el momento ¡wow! fue muy duro… fue el momento en el que el lirio que llevábamos en la mano se marchitó…

Vimos claro que no podíamos competir con trabajo y una herramienta útil contra las desmesuradas expectativas que la tecnología estaba despertando, la burbuja que del ladrillo llegó a la tecnología, supongo… y además, gratis para el consumidor.

Evidentemente nada es gratis, en aquel momento empezamos a pagar lo digital con bytes de información sobre nuestras vidas y para ese negocio nosotros no estábamos preparados, ni profesionalmente, ni moralmente tampoco…

Cuatro años después de iniciar nuestra aventura empezamos a buscar trabajo en otras empresas… Fueron cuatro años en los que vivimos de Ulugh, de manera decente, aportando valor añadido, ofreciendo una herramienta para divulgar la cultura sobre el territorio, exportando, operando desde el Empordà más rural, un pueblo de menos de 100 habitantes, sin subvenciones… Había material para un storytelling bueno, eh? 😉

La web de Ulugh ha estado colgada durante años, como un fantasma, porqué, principalmente yo, tengo la cabeza muy dura y me negaba a aceptar el final. Bien, ya lo acepto… Ulugh me enseñó un oficio raro y me dio una perspectiva curiosa sobre el turismo, la tecnología, la economía, el desarrollo local, las administraciones públicas, la gestión cultural, los modelos de negocio…y por todo esto le estoy muy agradecida.

ulugh-beg¿Sabéis porqué le llamamos «Ulugh”? Ulugh Beg fue un rey turco-mongol, astrónomo y matemático que en el S.XV mandó construir en Samarkanda, el mayor astrolabio del mundo hasta entonces construido, para posicionar bien las estrellas y rehacer las cartas de navegación, evitando así que las caravanas de la Ruta de la Seda se perdieran en el desierto (por eso nuestro logo era un camellito). Construyó también una grandísima madraza (universidad) donde las mujeres eran bien recibidas…

… Ya os decía que éramos unos románticos…

Descolgaré la web de Ulugh a finales de año… por si alguien le quiere echar un ojo antes: ulugh.com

PD: Estoy recibiendo numerosas muestras de solidaridad y percibo algo de preocupación por mi… que no, tranquilo todo el mundo… hace tiempo que le he ido encontrando alternativas a Ulugh y ahora produzco rutas digitales con otras tecnologías 😉

 

8 comentarios en “Vida y miserias de una empresa digital. Despedida de Ulugh

  1. Gran post!! Hay que despedirse para abrazar a lo nuevo. Un proyecto fascinante en el pasado, que augura proyectos llenos de emoción en el futuro.

  2. Pingback: Bitacoras.com
  3. Xanxano… ja ho saps, la lluita mai acaba. Excelent post, dura realitat (que cal transformar, trobant l’escletxa).

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