Muy buen debate. Yo también considero que del papel se abusa y no se le da valor. Creo que la mejor manera de racionalizar es poniéndole un precio, aunque sea pequeño, al papel y apostar decididamente no solo por el 2.0… es que ya estamos en el tiempo del 3.0… el usuario puede tener toda la información necesaria de manera interactiva y en la palma de su mano. Es cierto que aún es un fenómeno minoritario, pero también que hay mucha pereza mental para encontrar maneras que exploten otros modelos de apoyo y uso de la información turística. Es más, se puede pasar de la información a la dinamización fácilmente, pero hay que estar muy convencido de la apuesta.
Hoy en día sería impensable promocionar un destino sin folletos turísticos. La vida efímera de muchos de ellos, el gran consumo de papel preciso para su elaboración y el gasto que suponen para las arcas públicas, creo que hacen necesario revisar el modelo actual para caminar hacia uno más sostenible tanto a nivel medioambiental como a nivel económico.
La semana pasada en Twitter fuimos varios los que intercambiamos puntos de vista en relación a este asunto. Todo empezó con el siguiente tuit de Carlos García Conde: “Se siguen editando folletos turísticos y gastando papel a mansalva. ¿Siguen siendo necesarios?”
A raíz de este mensaje afloraron algunas reflexiones que expongo a continuación.
Formato. ¿Son útiles en cuanto a su diseño y contenido? Algunos folletos por su tamaño y peso son poco manejables para llevarlos de viaje. ¿Es imprescindible emplear tanto papel y a veces de tan buena calidad? Por…
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Interesante! ¡Gracias Sandra!
Saludos,
Caroline
http://www.creativetourismnetwork.org