Hoy parece que se despide el verano, hace algo de frío, no ha salido el sol en todo el día, llueve… se nota que la morriña me puede, no? en estos caso siempre pienso en viajes, en los lugares que he visitado y en los que me apetece en cada momento. Supongo que a todo el mundo le pasa que una de sus motivaciones para elegir destinos es la idea emocional que tenemos asociada a ellos. A mi hoy se me impone el recuerdo que tengo de mi primer día en New York.
En noviembre hará un año. Mi primera vez en Estados Unidos; el viaje de dos semanas consistió en un trayecto en un coche alquilado en el aeropuerto de NY hasta Montreal, visita familiar en Canadá, vuelta a NY atravesando Vermont y una semana más en la Metrópoli.
La parte del viaje en coche me la salto hoy, pero fue muy divertida y toda una experiencia atravesar NY un viernes en la tarde de Halloween conduciendo un coche automático con más botones que un transbordador, rodando junto a camiones de no se cuántos ejes, sin mapa y sin GPS; muy recomendable a cualquier inconsciente que sepa apreciar la aventura.
Una vez de vuelta en NYC, bien instalados, amanecimos el domingo muy decididos a escuchar Gospel, así que Central Park arriba hasta Haarlem. No acertamos al escoger Iglesia pero por educación nos tragamos el oficio entero estoicamente. Salimos con la pena de haber perdido la oportunidad, pero a cambio… “what the hell is this!?”, cientos de personas apostadas a la llegada del puente del Bronx, equipos de música a todo volumen, gente emocionada, gritando, saludando… Como a cualquier homínido la curiosidad te impide marcharte de allí sin saber qué se celebra. Lo que celebraban era la Marathon de NYC y lo que yo no sabía era que la Marathon era un espectáculo, un evento deportivo también, pero es mucho más que eso.
37.000 participantes en la carrera de todos los países del mundo, muchos vestidos de la cosa más peregrina, recorriendo una ciudad fascinante, algunos llevaban mensajes transcendentes, otros chistosos, la mayoría exhibían su nombre bien visible porque todos se sabían observados por los miles o centenares de miles de espectadores que les animaban, de cualquier origen, con cualquier bandera…los neoyorquinos son muy generosos, en cada barrio tenían organizado un “comité de bienvenida” con música (finalmente escuchamos Gospel), pancartas, animación… y horas y horas de pulmones animando… qué bonito!
Escribo este post ahora para que os de tiempo a comprar un billete para asistir a la Marathon de este año, será el día 6 de noviembre, participar activamente es más complicado, hay un sorteo y son 42 kilómetros, hay que estar preparado, pero si asistir de público ya te carga las pilas participar ha de ser acabar con la moral en una nube… anda! se me ha pasado el amuermamiento 😉
PD:
Causalidades de la vida! acabo de darme cuenta (28/09/11) que en el slider de mis fotos incluí una a un señor de Dinamarca con camisa negra y peto rojo (hecha en Haarlem), aparece en el minuto 0:38, y el mismo buen hombre aparece en el minuto 0:48 del video que incluí aquí arriba de youtube, que no se ni quien lo hizo en Brooklyn. Por esos azares él, de entre 37.000 personas, aparece dos veces en mi post… quien será? porqué la casualidad? …curioso.
Links de interés:
Qué divertido! he encontrado el nombre del señor del peto rojo,
Es don KURT Vang Jensen, de 61 años, capaz de hacerse una marathon en 4h y 36 min.
http://web2.nyrrc.org/cgi-bin/htmlos.cgi/15599.1.050035947720385291