El primer twitt que escribí al llegar a Bergen fue: “Bergen huele a mar, me encanta y alucino con la luz caramelo que lo embadurna todo… aún ahora es de día!”.
Seguro que conoces de las auroras boreales que se ven cerca del círculo polar y de la noche invernal que dura meses en las latitudes más alejadas del ecuador, pero si no has estado aún en latitudes altas, simplemente a 60º Norte en verano, aún no te haces a la idea de lo bonito que puede ser un atardecer lento, muy lento, que va alargando tu sombra a la vez que lo tuesta todo…

Esa es la luz caramelo que me ha enamorado. Aviso a los aficionados a la fotografía, merece la pena cargar con un trípode hasta Noruega, porque tienes horas de crepúsculo en las que jugar con sombras, contraluces… además con la de agua que hay en Noruega por todas partes tendrás tiempo de sacarle partido a los reflejos… en definitiva; cualquier encuadre de Bergen sirve de postal, en serio, yo algún día volveré con el trípode y un curso de fotografía para acabarlo de disfrutar.
Aunque este efecto físico consecuencia de vivir en una esfera es muy agradable, por lo menos de visita y en verano, tiene alguna posible desventaja: la primera es que si te cuesta dormir con luz hay que llevar un antifaz porque en julio solo hay 4 horas de noche y no muy cerrada. La segunda es que hemos de ser conscientes de que la luz engaña a nuestro cuerpo, los primeros días de estar allí acabábamos muy cansados porque vas manteniendo el ritmo de actividad según la luz, no las horas que llevas despierto y terminas con los biorritmos locos. Además las calles están rebosantes de berguineses disfrutando de las terrazas y el Sol hasta el último rayo.
Remarcar también que los horarios comerciales están adaptados a su latitud y muchos en verano abren hasta las 22h, algo que no suele pasar fuera de España, ya lo sabéis.
Otra consecuencia de vivir cerca del polo son las temperaturas y las precipitaciones; bueno, aquí decir que hemos sido muy afortunados, nosotros hemos disfrutado de una semana de sol y luz caramelo, pero Bergen es la ciudad Europea con más precipitaciones, como 300 días al año de lluvia o nieve. Julio es el mejor mes para procurarte buen tiempo; en este mes la temperatura suele oscilar entre 11º y 24º mientras que la media anual son entre 5º y 11º ¿no es demasiado bajo verdad? a Bergen llega la Corriente del Golfo como a la península Ibérica.
En resumen: antifaz si tienes problemas para dormir, trípode si te gusta la fotografía, chubasquero o previsión de comprar uno allí (la ropa de invierno, los “windstopper”, etc. en Noruega son de mucha calidad y no tan caros) y la mejor opción es julio.
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