Por suerte los sevillanos son mucho más pragmáticos que los gestores de megaproyectos y al lugar lo han rebautizado con el nombre de “las setas de la Encarnación” y es que solo hace falta que le planten un gnomo sobre las escaleras, eso sí, un gnomo gigante porque este conjunto de seis setas mide aproximadamente 26 metros de alto y 150 x 70 m. de superficie y constituye la construcción de madera más grande de Europa.
Todo empezó hace 20 años cuando aprovechado la necesaria remodelación del mercado del barrio de La Encarnación se pretendió construir un parking y, oh! sorpresa! se topa con el yacimiento romano y andalusí más importante de los hayados hasta la fecha en Sevilla, un verdadero tesoro que evidencia la historia de la ciudad comprendiendo dos momentos clave, el pasado romano S.I-VI y las postremerías del andalusí S.XII-XIII.
No es el único caso en Sevilla que topan con un tesoro arquelógico cuando pretenden construir un parking. De hecho hay un parking en Sevilla con una plaza de aparcamiento que da a una especie de escaparate, un poco indigno, donde se conserva una tumba judía; una de las 700 que encontraron, pero esto ya es material para otro post.
Siguiendo con “las setas” y recapitulando: una plaza pública + casi 5000 m2 de yacimiento + necesidad política de proyecto de prestigio = “Metropol Parasol”. Es una ecuación que se repite mucho: “El Forum”, “La Ciudad de las Artes y las Ciencias”, «La Torre Eiffel», o el «Atomium» de Bruselas, por poner ejemplos. En este caso el presupuesto inicial se tuvo que triplicar para dar con una solución constructiva a la maqueta que presentó el arquitecto que firma la obra, Jürgen Mayer, cuyo proyecto cumple con el encargo de ofrecer un gran espacio público, resguardado del sol, lugar de reunión, de comercio, turismo y referencia turístico-patrimonial.
Lo cierto, como decía anteriormente, es que el espacio arquitectónico me encantó. Las sensaciones del paseo por la plaza elevada son muy especiales. El juego de luces, volúmenes y sombras que van tejiendo los parasoles son un regalo para los fotógrafos y el punto de vista como mirador de la ciudad, con el horizonte bajo ofreciendo tejados y nubes… el “paseo mirador” sería mejor descripción, es algo muy diferente.
Por supuesto los mejores momentos amanecer y atardecer. A tener en cuenta que para subir hay que pagar una entrada en el ascensor si no estás empadronado en Sevilla, cosa que me chirrió un poco. Para acabar… yo no me iría sin ver el centro interpretativo del yacimiento que hay en el sótano, de hecho lo tengo pendiente para la próxima.
¿Cómo lo ves tu?¿conocías este espacio?
No conozco Sevilla aún y es una tarea pendiente que tengo, pero ten por seguro que cuando me pase no me lo perderé. Desde que me enteré de su existencia siempre me ha parecido un espacio muy interesante. ¡Excelente post!
Cuánto me alegro de que te haya gustado… Te gustará mucho cuando vayas y a mi me encantará el post que escribas desde tu perspectiva de arquitecto-blogger 😉
La verdad es que a mí no me disgustan, no las he visto in situ, sólo a través de televisión o de tus fotos, bonitas por cierto.
Imagino que habría mejores destinos para los fondos públicos que estas «setas», pero tampoco me parece un mal uso. Disponer de un amplio espacio abierto y resguardado del sol en el horno que es Sevilla en verano creo que es de agradecer, y si algo de brisa hay, allí se tiene que notar. Por otro lado el paseo por las alturas parece muy apetecible, disfrutando a la vez de la estructura y de las vistas.
No sé que tal se habrá acondicionado el espacio bajo las setas, ¿te gustó? ¿invita a utilizarlo?
Pues verás, el espacio está aún en busca de empresas que lo llenen de contenido, el alquiler debe ser muy caro y en los tiempos que corren… por lo que se ven las posibilidades pero está infrautilizado.
La polémica por lo que he leído y me han contado venía de varios frentes, uno el estético… hay a quien le parece muy futurista etc, esa crítica no la comparto, me parece que un elemento muy nuevo puede dar más personalidad y valor a lo tradicional por puro contraste, y como explico, el espacio tiene unas dimensiones tan colosales que las sensaciones son muy diferentes, me gusta…
el problema es cuando te enteras que esas sensaciones han costado más de 100 millones de euros de dinero público y claro sabemos que con ese presupuesto se pueden hacer maravillas invirtiendo en cultura de una manera social, no creo que una inversión así en una construcción esté justificada. Supongo que los políticos comparan su ciudad con otras…y las obras de prestigio son un lujo caro.
De todas formas una vez hechas habrá que defenderlas como activo turístico, sobre todo teniendo en cuenta que seguramente se tarde mucho tiempo en hacer otra construcción semejante.
Gracias por tu opinión 😉